Su Historia

Quizás prodríamos llamarle "cosas del destino" o no se cómo... el caso fue que una tarde a  mediados del mes de diciembre (del "Año de María"... 2017) y algo que no suelo hacer, bajé en  el carro de Dylia hacia el pueblo a buscar algo.  Luego del semáforo de Caguana y antes de  llegar a Selecto en la orilla de la carretera me pareció ver un perrito desorientado.  Sin  pensarlo dos veces me detuve unos pasos más adelante, salí del carro y caminé hacia ella.  La  perrita no hizo ningun gesto de nada, solamente se quedó mirándome.  No pensé que fuera  brava pues se veía sumamente indefensa, perdída, desorientada. La tomé en mis brazos sin  que ofreciera resistencia alguna, la puse en el asiento trasero del carro, viré en "U" y me dirigí  inmediatamente a casa pues la condición de la perrita era tan deprimente que pensé que  necesitaba ayuda urgentemente.

Llegué a casa, me estacioné al frente y llamé a Dylia, pidiéndole que bajara a ver lo que traía conmigo.  Dylia bajó y al verla, de inmediato y sin cuestionar nada,  la bañó con un champú  especial ya que por la cantidad de nudos, pulgas y garrapatas que tenía no dejaba de rascarse.  La secamos y le dimos comida la que devoró con un ímpetu que significaba que  hacía mucho tiempo que no se alimentaba adecuadamente...

Le preparamos una camita en los garajes de la casa y la dejamos descansando. Al  día  siguiente  se mostraba un poco más despierta. La desparasitamos, le pusimos un  medicamento contra las pulgas y garrapatas, le comenzamos a dar vitaminas todos los dias, le  regalamos unos juguetes y a los pocos días ya corría felizmente.
Pusimos anuncios en el  internet y regamos la voz anunciando que la habíamos encontrado, por si aparecía su dueño, al no aparecer nadie la  ofrecimos en adopción.  Nos era dificil pensar en adoptar un nuevo perro y  sumarlo a los dos que tenemos.  No tuvimos éxito en ninguna de las dos opciones, pero al final  nuestra nieta Cristina nos dijo que la quería y vendría a buscarla... pero, ya nos habíamos  encariñado con ella. 
Solo de pensarlo se me salen las lágrimas...recordé la escena de la película Hachi, cuando Richard Gere está jugando con Hachi y llama una persona diciendo que desea el perrito que querían dar en adopción y su esposa al mirar al patio y ver a su marido jungando entusiasmadamente con Hachi le contesta: "the dog has already been taken", el perrito ya ha sido dado (en adopción)... y se quedaron con el. Hablamos Dylia y yo y decidimos que a estas  alturas ya no era posible darla en adopción, sino que más bien la haríamos  parte de nuestra  familia.


Permaneció en los bajos por un tiempo adicional en lo que se recuperaba, pero  siempre  se mantuvo con mucho  ánimo y mucha alegría.  Cada vez que venía alguien a visitarnos lo llevabamos a ver a la perrita nueva, y ella los recibía con mucho cariño.  Por las noches se le preparaba su camita en el baño de abajo y no podía faltar su osito para acompañarla.  Por las  mañanas cuando abriamos la puerta para que saliera, salía como una bala y así de ligero  regresaba a buscar su osito.

Pasamos un susto con ella... luego de que Sandra viniera a recortarla por primera vez.  Al  terminar abrimos la puerta del garaje y ella salió corriendo como un petardo y continuó por la  carretera cuesta abajo.  Sandra y yo nos montamos en su guagua y bajamos hasta el expreso  pensando que si llegaba hasta allí quedaría expuesta a los carros que pasan a alta velocidad  y podria ser atropellada por alguno.  No la vimos y viramos, subimos la cuesta de nuevo y la vimos en la entrada de un solar  vacio... caminé hacia ella y la pude recuperar por segunda vez!!!  Pensamos mil cosas,  incluyendo que la perderíamos y no la volveríamos a ver... Dylia estaba esperando frente a la  casa y su alegría fue inmensa al ver que la perrita venía con nosotros.

Ahora teníamos que incorporarla con nuestros otros dos perritos, dos bellos Shih Tzu, Hachi y  su hijita Chacha.  La subimos a la casa, al ambiente de los otros dos.

Dylia le puso el nombre de Charita.  Increiblemente los tres se acoplaron de una forma  inimaginable.  Tal parece como si hubieran estado juntos desde siempre,  han convivido en paz  y armonia
.
Ahora la Charita y Chacha se la pasan jugando el día entero.  Hachi las mira y de vez en  cuando (cuando su caracter lo permite) juega con ella.

Charita resultó ser la perrita mas cariñosa y obediente del mundo!  Recibe a todos los que  llegan a la casa como si fueran sus amados amigos de toda la vida.  Continuamente se acerca  a ti buscando que la acaricies y ella no tarda en reciprocar su cariño si te conoce o si es la  primera vez que te ha visto.  Se come todo lo que tu le des y ha desarrollado un pelo ondulado  precioso
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Charita es un amor, el mejor regalo que hemos recibido después de María.
 
Nunca sabremos de dónde salió, si se escapó de su hogar, si la abandonaron a su suerte o el  porqué estaba aquella tarde en aquella carretera allí solita, triste, desamparada.   Solo  sabemos que  podemos decir que la  vida nos hizo un regalo maravillos que ha traido aún más  felicidad a nuestra vidas.



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